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La Mayor en el Charter - Sables Forzados

La mayor de sables forzados, también conocida como full-batten, es una opción que se veía sobre todo en los veleros de crucero de altura o programas de navegación oceánica pero que, cada vez más, se ve en veleros de navegación costera fuera de los ciercuitos de regata.

Entre las ventajas que proporcionan los sables forzados, cabe destacar un aumento del rendimiento respecto a velas enrollables sobre todo y una disminución notable de flameo, además de permitir ganar alunamiento en la baluma. La disminución del flameo se agradece, especialmente, en las maniobras de izado, arriado, toma de rizos y filado de la escota para quitarpotencia a la mayor. Todo ello se consigue gracias a que el sable, al ir en su totalidad desde la baluma al gratil, actúa como un nervio interno ofreciendo estructura al tejido y resistencia al flameo de este, con el consiguiente aumento en la longevidad del tejido.

 

Antes de hablar del Charter, un poco más de información sobre las mayores full-batten

Los sables forzados permiten aumentar el alunamiento, tal como hemos comentado, ganando superficie vélica, estabilidad y potencia precisamente en la zona de la mayor donde es realmente útil. Estas opciones permiten incluso diseñar mayores con el puño de driza “cuadro”, aunque la mayoría de monocascos de crucero no permiten demasiadas opciones al estar limitados por el backstay. A partir de cierto punto, el alunamiento no es posible ya que el paso de la mayor de una banda a otra no es posible sino es con otro tipo de soluciones.

Una solución es tener burdas, otra es tener dos backstays que actúen a modo de burdas y otra es tener un aparejo con crucetas lo suficientemente retrasadas de forma que sostengan el palo sin necesidad de backstay, como suele ocurrir en los multicasco.

Este tipo de mayores permite un control de la vela con tripulaciones reducidas dado que facilita las cosas. Si se combina con un buen sistema de acastillaje que esté a la altura de las circunstancias, como pueda ser un perfil con carros de rodamientos, se obtendrá una combinación excelente que ofrecerá, además de las prestaciones mencionadas, un plus de seguridad a la hora de arriar la mayor en condiciones comprometidas.

Pero no todo son ventajas. El mayor de los inconvenientes que presentan estas velas es el trimado del perfil ya que cuesta variar la profundidad de la vela, notándose especialemente en la zona baja y media de la mayor. Los sables forzados tienen tendencia a cerrar el perfil de la vela y ello hace que ésta adquiera un exceso de potencia en ocasiones no deseado y difícil de controlar. Los sables cortos permiten un trimado más fino en este sentido. En los cruceros, normalmente si no se busca forzar la escora del barco, este tipo de velas invitan a navegar con el carro más bajo de lo habitual. En regata, una solución es poner uno o dos sables forzados en la parte alta de la vela y el resto ponerlos cortos para poder mejorar el trimado sin perder al aumento de alunamiento que ofrecen los sables forzados en la parte superior.

¿Tiene sentido una mayor full-batten en un barco de alquiler?

A juzgar por todo lo expuesto hasta ahora y sin haber entrado en aspectos económicos todavía, uno podría pensar que en un barco de alquiler pierde sentido todo lo referente al rendimiento en la navegación si la embarcación está destinada al disfrute vacacional. Más cuando la mayoría de la gente no quiere complicarse la vida y quiere las cosas simples y cómodas como pueda serlo una mayor enrollable.

Si seguimos sin entrar en los aspectos económicos del tema, cabe destacar que los clientes del sector del charter y del alquiler de barcos en genera, cada vez más disfrutan de la navegación más allá del concepto vacacional de ir de cala en cala. Cada vez crece más el alquiler de veleros sin patrón, a pesar de que también es cierto que falta una gran dosis de experiencia en muchas ocasiones por parte de los clientes; pero esto es otro tema del que ya hablaremos en otro post.

Y precisamente, dada la poca experiencia en algunos casos, aquí es donde quizá merece la pena resaltar los aspectos positivos versus algunas alternativas. Las mayores enrollables, rendimiento al margen, se deben enrollar bajo unas condiciones particulares a menos que queramos incrementar las posibilidades de tener problemas; esto es, la botavara debe tener un cierto ángulo respecto al palo (el pinzote debe estar por debajo de su extremo opuesto)

Otro aspecto es el envejecimiento de las mayores enrollables, que genera pliegues que pueden dar lugar a problemas a la hora de entrar o sacar la mayor. Personalmente me he tenido que subir en un par de ocasiones a un palo porque la mayor enrollable se había quedado bloqueada sin poder entrar ni salir. Esta maniobra, en condiciones de buen tiempo y mar plana no tiene mayor inconveniente que saber lo que hay que hacer, pero con viento y mala mar puede ser una tarea peligrosa. Si no perdemos de vista que estamos hablando de tripulaciones no experimentadas, se añade un factor que puede aumentar el riesgo. No es la primera ni la última vez que entra un velero a puerto con la mayor enrollable hecha girones porque no la han podido enrollar o, en el mejor de los casos, hecha trincada al palo de mala manera.

Otro aspecto a tener en cuenta en situaciones de mal tiempo y viento es que el ruido de las velas flameando ante cualquier maniobra, genera mucho estrés sonoro y en consecuencia, estrés en la tripulación si no se está acostumbrado.

Las mayores de sables forzados, si tienen un buen sistema de izado y arriado tal como hemos comentado antes (un sistema de carros con rodamientos) permiten un arriado, prácticamente, inmediato ante una circunstancia delicada. A excepción de vientos portantes, con una orzada bien hecha y el largado de la driza, la mayor debería caer como una guillotina sobre su funda (lazy-bag) y quedar sujeta entre los lazy-jacks.